Pero después del agotador viaje volvemos a casa sin más recompensa que las cervezas y cafés tomados en el bar "Les Glaciers". Las vías tenían como un palmo de nieve pegada encima del hielo, incluso en las secciones más verticales, el riesgo de avalanchas estaba entre 4 y 5, nosotros mismos vimos caer una bastante grande por "el maestro" así como restos de una enorme al pie de "Fluido Glacial", y lo peor, no paró de llover-nevar en todo el tiempo.
Con este panorama y unido a que los gendarmes, amablemente, nos dijeron que era una mala idea acercarse al muro, decidimos regresar.
Volveremos a Gavarnie, por supuesto, pero será el próximo invierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario